Con todas estas cosas del social media, la web 2.0 y demás primos empezó a sonar un nuevo concepto. En los inicios sonaba como algo lejano, algo muy tímido que pocos se atrevían a poner en práctica. Como casi siempre en estos temas pronto llegaron algunos guruses a hablar de los grandes beneficios de esta nueva cosa. Esta nueva cosa de la que hablo es la marca personal.
Esto de la marca personal… si hago caso a esos guruses aún no tengo muy claro en que consiste. Supongo que es una mezcla de lo que cuentas en tuiter, como te defines en linkedin y las infografías que cuelgas en tu blog. O algo así. Algo parecido quizá. No lo se, no lo tengo muy claro.
Lo que si que tengo claro es que a algunos de esos guruses empezó a llenárseles la boca con esas grandes palabras: MARCA PERSONAL! Porque si ahora teníamos las herramientas al alcance de nuestra mano éramos tontos sin no las aprovechábamos. Porque si no las aprovechábamos nosotros otro iba a hacerlo y ese otro nos acabaría comiendo.
Reconozco que en un principio la idea era atractiva y empecé a interesarme por el tema. Las cosas como son, la idea sonaba de puta madre. Convertir tu nombre en una especie de marca. Que una persona te conociese de tal forma que el simple hecho de recibir una respuesta tuya vía tuiter le hiciese sentirse especial. Que si esa persona recibe un correo tuyo llegue al orgasmo cibernético.
Porque tú eras una especie de marca con un gran valor. Porque tú sabías mucho de muchas cosas, eras un crack, el puto amo. Porque tú te levantabas un domingo por la mañana de resaca rodeado de modelos y entre tragos del moët sobrante de la noche anterior eras capaz de escribir un manifiesto que revolucionase tu área de expertizaje.
Y poco a poco algunos empezaron a seguir a pies juntillas lo que esos guruses contaban en sus cursos… algunos de ellos presenciales!
Porque lo que define la valía de una persona como profesional es el número de seguidores en tuiter, el número de likes en su página de facebook y el número de eventos, preferiblemente algo&tuits, al que asiste, así de claro.
Porque si te atreves a preguntar cosas como: “oye… y teniendo 50000 seguidores… por qué tienes como mucho 20 RT de tus mejores tuits??”, “oye… si tienes 50000 seguidores en tuiter y 100000 likes en facebook… como es que tu blog no pasa de las 3000 visitas mensuales??” u “oye… por qué yo, que tengo 200 seguidores en tuiter y no uso facebook tengo mejores resultados que tú??”… amigo… si preguntabas ese tipo de cosas, simplemente, eras un hereje, alguien que no entiende de que va eso de la marca personal.
En el fondo creo que aprendí a entender poco a poco de que iba la marca personal de la que estos guruses hablaban y se llenaban la boca.
Esta marca personal consistía en ofrecer cursos acelerados de marca personal, que cobrabas a precios interesantes (para el bolsillo del guruse -singular de guruses– de turno), decir a todos los asistentes a ese curso que te siguieran en todos tus perfiles y… convertirlos en marca, haciéndoles olvidar lo personal.
Porque, creo haber entendido, que cuando llegas a cierto número de seguidores, seguir siguiendo a una persona que solo cuenta con 100 followers resta caché. Porque la única conversación que está aceptaba en esos círculos es hacer RT a aquellos que dicen que acabas de hacer una presentación maravillosa, pero las críticas hay que ingnorarlas, incluso soltar blocks de vez en cuando. Porque los comentarios de tu blog tienen que estar censurados.
Porque, al fin y al cabo, creo que he entendido que la marca personal, para esos guruses, es convertirte en una marca más. La diferencia es que en lugar de ser Rimbombante nombre Inc. eres Pepito Pérez, a secas. Pero por lo demás… eres una mala marca, que solo habla de lo grande que la tiene, lo dura que se le pone y… … …, lo siento, eso era todo.
Porque la esencia de esto es que pierdas la personalidad para convertirte aún más en una suma de números. Una suma de números que te tendrán presionado todo el tiempo si bajan. Porque si vas de compras con tu pareja es más importante que sigas monitorizando tu cuenta de tuiter que pasar un rato divertido en el probador, porque los followers importan más que las personas que te rodean… y eres un ignorante si no eres consciente de eso.
Pero en el fondo, y gracias a esos guruses, he aprendido que mi abuelo era un pobre ignorante que no salió nunca de cuidar unas cuantas vacas cuando me dijo:
Yo nunca podré dejarte una gran suma de dinero ni nada parecido… pero espero dejarte una cosa que parece muy tonta: si llegas a un sitio que nunca te echen por ser mi nieto… y si no te quieren dejar entrar con muy buena cara y dices que eres mi nieto, que te reciban con los brazos abiertos
Porque supongo que esas tonterías de mi abuelo de intentar tratar bien a las personas que veía cara a cara y no saber utilizar un teléfono móvil… eran cosas de alguien muy 0.1, totalmente ignorante, que no tenía idea de la vida y nunca podrá hacerse un tuiter. Pobre hombre… lo que se perdió mi abuelo por no conocer esto de la marca personal…
Pero si el nieto de ese ignorante tiene que ser sincero… pobres guruses… que nunca llegarán a conocer a mi abuelo.